En nuestro último día por Canterbury hemos dado una vuelta por las murallas de Canterbury, que datan de época romana. Desde allí se accede a un montículo, Dane John Mound, desde el que se aprecia una vista panorámica del centro histórico de la ciudad con la catedral.
Después nos hemos dirigido al Beaney Museum, un museo ubicado en un singular edificio en la calle principal, High Street, que también alberga la biblioteca pública. Ya habíamos pasado unas cuantas veces por delante, incluso algunos habíamos entrado, pero siempre hay oportunidad de continuar explorando y descubriendo algo original. Al igual que en todo Canterbury.
Tras la visita, hemos tenido tiempo libre para aprovechar bien antes de marchar en autobús hacia el aeropuerto.
Nos esperaba un largo viaje que, sin embargo, ya hemos completado. Ahora toca descansar de esta gran experiencia y guardar un recuerdo de todo lo vivido.