La promoción de alumnos de 2º de Bachillerato 2020 / 2021 del Colegio Ntra. Sra. del Carmen ha celebrado su graduación. Una promoción que en su último año ha tenido que superar los problemas asociados con la pandemia por COVID-19 que tantos estragos ha hecho en nuestro Planeta, con clases semipresenciales, mascarillas, ventanas abiertos y sus corrientes, gel hidro-alcohólico y seguramente lo más dura para ellos, las abismales separaciones en las aulas. Pero se han superado y han conseguido graduarse como auténticos campeones. ¡Enhorabuena chicos!
Momentos previos
Entrada de los alumnos
El acto de graduación, que ha tenido lugar en el patio del colegio debido a los protocolos COVID-19, ha comenzado con el saludo y la intervención de las tutoras, Elena Curiel Carazo y María Fernández Abella, para dar la bienvenida a los alumnos.
A continuación varios alumnos en representación de toda la promoción, dedicaron unas emotivas palabras a todos los asistentes, recordando sus años pasados en el Centro y sus vivencias más recordadas.
Hoy, 20 de mayo de 2021, nos despedimos de una etapa muy especial para todos. Es un día para recordar momentos que nos marcaron y fueron el precedente de lo que somos ahora. Estamos aquí para poner fin a una etapa larga y emocionante. Hace 15 años entramos por la puerta del colegio con nuestras mochilas, más grandes que nosotros, sin saber lo que se nos venía. No nos queríamos separar de nuestros padres, pero hoy en día les agradecemos todo lo que han sacrificado por nosotros todos estos años. Aunque al principio estábamos un poco perdidos pronto empezamos a hacer amigos, que todavía siguen presentes en nuestras vidas. Y es que cómo olvidar cuando era el cumpleaños de un compañero y llevaba el almuerzo para todos o cuando íbamos a la granja escuela y comíamos macarrones.
Luego empezamos primaria, y aunque no parece un gran cambio empezamos a hacer cuadernillos Rubio de deberes y a recibir puntitos dorados como recompensa. Las relaciones entre nosotros cada vez eran más fuertes y a pesar de las discusiones, siempre acabábamos fundidos en un abrazo. En 1 llegó un nuevo compañero, Pupi, y a lo largo de primaria fueron llegando otros muchos y tuvimos que despedirnos de otros. Otro de los recuerdos que nos llevamos son las excursiones como el Valle de los 6 sentidos, el viaje en barco por el canal o el viaje a Tordehumos. Pero sin duda la que más disfrutamos fue Matallana, donde volveríamos un año después. Durante toda esta etapa nos han acompañado muchos profesores, que nos han ayudado a crecer como personas y estudiantes ayudándonos y enseñándonos a escribir, leer, estudiar y ser mejores personas. Finalmente dimos un gran paso, pasar al patio grande y subir un piso más. Nos convertimos en los mayores del colegio y cada vez estaba más cerca del cambio hacia la ESO. Primarias es una etapa llena de amigos y recuerdos que nos durarán siempre, desde los días de clase hasta los días de fiestas del colegio o festivales de navidad y los bailes que estos conllevaban. Y tras 9 años con los mismos compañeros nos tocó separarnos pero no nos impidió continuar siendo amigos.
Después llegó la ESO ¿Cómo olvidarnos de nuestro primer día? La emoción, los nervios, las ganas de conocer gente nueva… Llegamos un día cualquiera de 2015, asustados y sin saber qué nos deparaba el futuro. ¡Era todo tan grande y distinto al colegio! Este era un gran cambio que suponía nuevos comienzos y para nosotros era un mundo, aunque ahora pagaríamos por volver… Poco a poco nos fuimos habituando, todo gracias a los profesores que nos acogieron y ayudaron desde el primer momento. Entre madrugón y madrugón nos acostumbramos a los “buenos días” de Antonio en la puerta, a los nuevos profesores, a los cambios de aula, a los gritos de Asun, a las pruebas físicas de Carmelo… ¡Por fin nos sentíamos mayores! Pero comenzaron el estrés, los trabajos, los deberes, los exámenes y el estudio de verdad, ¡comenzaron hasta los granos! Al principio cumplíamos todas las normas, pero puede que luego nos las saltáramos un poco… Todos usábamos el móvil o la tablet para jugar cuando los profesores no estaban, parábamos de correr cuando Carmelo no miraba o gastábamos bromas con el proyector… Aprendimos que los profesores no son personas a las que temer, sino que pueden llegar a ser nuestros amigos. La cercanía y cariño que recibimos de ellos nos ayudó a integrarnos en el instituto. Nos llevamos muchas experiencias de este centro, así como amigos que hoy aquí nos acompañan. Esos amigos que hacemos en la adolescencia y que a pesar de las discusiones siguen a nuestro lado, aquellos a los que sabes que puedes copiar los deberes sin ningún problema o preguntarles alguna duda los 5 minutos antes de un examen. Fueron unos años difíciles para nosotros, pero a pesar de las dificultades, estábamos dispuestos a continuar y a empezar nuevas etapas, con nuevas aventuras y pruebas que superar cada día.
Durante este largo y duro camino, nos hemos dado cuenta de que la vida no es fácil, hemos aprendido a trabajar, a cooperar y a luchar para llegar donde queremos, siempre con dedicación y constancia podemos conseguir todo aquello que nos propongamos. Tercero de la ESO fue un año de cambio en el que se nos empezó a pedir un nivel más alto. La exigencia fue mayor y para muchos fue un año complicado. Además, fue el año en que empezamos a elegir nuestro camino, el cual se iría consolidando los años posteriores. El esfuerzo al que tuvimos que recurrir para afrontar el curso fue un gran paso en nuestro aprendizaje y la formación de nuestros valores como personas. Pese a la transición, fuimos capaces de superar las dificultades y pasar al siguiente curso. Desgraciadamente, hubo gente que se quedó por el camino que aún así siguió presente con todos nosotros. Cuarto supuso algo similar a la calma que viene después de la tormenta. Este curso fue el prólogo de los siguientes años que hoy estamos celebrando terminar. La incorporación de nuevas asignaturas nos hizo entender que era algo más que pasar de curso, era la conclusión tras cuatro años de crecimiento y conocimiento. Por otra parte, también llegaron nuevos compañeros y, aunque casi nos tiramos de los pelos, fuimos capaces de consolidar amistades fuertes y duraderas. Hubo muchos momentos memorables como el baile y la canción que hicimos por Navidad, la excursión a Salamanca, la promesa del café filosófico que Pablo nunca llegó a cumplir, ¿dónde está mi colacao y mi donut, ¿eh, Pablo? O las veces que Paco nos regañaba por ir en chándal. También hay que hacer mención de la excursión de fin de curso a San Sebastián, que puso punto y final a esta etapa tan inolvidable.
Acabar 4 de la eso, era un paso muy importante para nosotros, salir de una etapa muy larga e importante y comenzar otra completamente nueva. Adaptarnos no fue difícil, sabíamos a lo que nos íbamos a enfrentar. Durante el curso, lo poco que pudimos dar, iba viento en popa. Un día dando matemáticas, llegó Asun a avisarnos de que venía un virus muy malo y que nos iba a enviar a casa, pero sólo unos días decía (porque no sabía lo que iba a llegar). El confinamiento fue muy duro, no poder ir a clase y aunque es raro decirlo, lo echábamos hasta de menos. Las videollamadas fueron muy anecdóticas, como las de Pablo con su acordeón y su tamagochi o las de Asun peleándose con su castillo de cosas para colocar la cámara y Begoña desesperada porque muchos no contestaban o estaban dormidos. Echábamos de menos todo, las clases con Adrián y sus clases “relajaditas “o los viernes fiesteros ¿eh Saguillo? Las reflexiones encíclicas de Fran nada más empezar el día o las clases locas de Marta y las vacaciones de Alfonso para corregir. Dani, aunque seamos unos asquerosos repugnantes bichos repelentes sabemos que nos vas a echar mucho de menos. Tere Godoy con su pasión a Pio Baroja… Estaba claro que el verano que llegaba no iba a ser como nosotros esperábamos. Después de estar pensando cómo iba a ser el comienzo de 2 de bachillerato, la llegada a clase fue la sensación más rara que habíamos vivido hasta ahora. Al principio sentíamos miedo al ver a todo el mundo con mascarilla, los profesores nerviosos por no saber cómo colocarnos en clase y pensando que todo iba a salir mal. Cuando acabamos el primer trimestre nos dimos cuenta de lo que se venía encima. Pandemia y encima estudiar a muerte para sacar este curso tan difícil. Y Adriana, gracias, porque, aunque llegaste en un momento desastroso, nos salvaste el curso.
Comenzaba nuestra aventura en bachillerato hace 2 años, algunos 3 como es mi caso conociendo a nuevas personas las cuales serían nuestros compañeros de viaje en esta etapa de la vida. Cómo olvidar esos diálogos filosóficos con más tensión que en un debate entre Abascal y Pablo Iglesias, a nuestra mascota Manolo culpable de la muerte de Dios, esas semanas de cuarentena en las que a veces nos uníamos a las clases online, o esos momentos previos a los exámenes globales llenos de nervios y agobios. Pese a que al principio el ambiente en nuestra clase no fue el mejor del mundo, con el tiempo hemos conseguido saber convivir los unos con los otros con algún que otro rocecillo, pero bueno cosas que pasan hasta en las mejores familias. Con estas y otras mil anécdotas más hemos pasado estos 2 años tan diferentes tanto por la pandemia como por la dureza del curso ya que nos hemos dado cuenta de lo duro que a veces es conseguir lo que uno quiere y la gran satisfacción que se siente al conseguirlo.
Y al fin después de muchos lloros, risas y agobios hemos llegado al final de esta aventura que con esfuerzo y empeño hemos conseguido sacar adelante y de la cual nos llevamos un montón de recuerdos que jamás olvidaremos. ¿Parece mentira verdad?, el momento que tan lejos veíamos, está tan cerca que si nos descuidamos va a ser una parte más de nuestro pasado. Y al igual que el discurso, nuestra etapa aquí llega a su fin. Algunos respirareis tranquilos, lo sabemos, hemos dado mucha guerra, que si no paráis de hablar, que si estáis siempre en el pasillo, que si no os centráis, que si así no se puede dar clase… Aún así, esperamos que al igual que nosotros, guardéis alguno de esos recuerdos que mis compañeros han mencionado: los buenos, los menos buenos, los que contengan risas e incluso los tristes. Nos habéis enseñado muchas cosas, está claro, pero sobretodo nos habéis cuidado en este viaje que comenzamos cuando apenas teníamos tres años. Cuando casi no sabíamos hablar y ahora hablamos por los codos, ¿verdad profes?
Sólo queda agradeceros todo aquello que en años no os hemos agradecido, tal vez porque no lo valorábamos hasta ahora. Gracias por acompañarnos en el que ha sido el primer gran viaje de nuestra vida, a partir de ahora nuestros destinos se separan, pero siempre seguiremos unidos por el vínculo del colegio.
Muchas gracias y hasta siempre.
Como representante de los profesores del colegio, Tere Godoy dedico unas bonitas palabras a los alumnos el año en que dejará el colegio por su pronta jubilación. ¡Mucha suerte en tu nueva vida! Y María Fernández, profesora y tutora, quiso también dedicarles una soberbia actuación guitarra en mano. ¡Fantástica!
Daniel Encinas Tejedor y Mariano García Ruano, directores pedagógico y titular, respectivamente, también dedicaron unas palabras de despedida a nuestros estudiantes.
Los siguiente, fue imponer las becas y orlas a los alumnos que este curso abandonarán el centro para comenzar una nueva etapa y entregar el Premio a la Excelencia a la alumna Lucía Navarro.
¡Enhorabuena Lucía, te lo mereces!
Para finalizar, nos hicimos las fotos de grupo, compañeros y profesores.
¡Mucha suerte en vuestro camino!
Fotografía: Ana Gaztelu
PD: Esperamos sepáis perdonar los problemas técnicos… (: