Primero que todo, buenas tardes a profesores, alumnos y a toda la gente que nos esté viendo desde casa.
Madre mía, cuanto tiempo de un momento a otro han pasado demasiados años.
La gran mayoría en este colegio entrabamos con apenas 3 años a infantil, por la que nos parecía una puerta enorme, nos tocaba dejar de darle la mano a nuestros padres, ser valientes, y empezar nuestra primera etapa en la cual lo único que importaba era quien tenía el disfraz más bonito o de quién era el cumpleaños esa semana para llevar chuches a todos, pero justo en ese momento, creo que todos los padres hicieron el clic mental de que sus hijos comenzaron a crecer a nivel estudiantil, social y emocional.
Tan solo tres años después, subíamos el siguiente escalón, dejando atrás los cuadernos de ortografía que tanto molaban y a nuestros primeros tutores, los cuales hoy en día aún no olvidamos. Entramos a Primaria, con los ojos vendados y sin conocer a nadie, viendo cómo se quedaban atrás esos años de juego y de diversión, esos recuerdos de cuando nos portábamos bien que María Del Mar nos daba una copita, las mil historias con Julio, y esos chistes malos de Floren y Fernando que ya nos sabíamos, pero que nos alegraban la mañana igualmente. Creo que todos estamos de acuerdo que el flúor que nos daban estaba asqueroso, que lo mejor de la semana eran las clases de TIC en las que nadie hacía lo que mandaban y todos jugábamos a cualquier juego que encontráramos, que eran pocos, los que leían los libros que nos mandaban coger de la biblioteca y que nadie se aprendía las partituras de flauta. Convivimos con todo eso 6 años, llegando a la graduación de sexto de primaria, que fue un asador de pollos, pero aun así ese día estábamos muy felices y con mucha nostalgia ya que cambiábamos de etapa, la gente se iba, venía gente nueva, y nos tocó decir adiós a esos compañeros que llevábamos 9 años juntos en la misma clase.
Tiempo después y con el miedo en el cuerpo entrabamos por las puertas de Secundaria, llegaba la hora de ver en qué clases nos había tocado, de quién te distanciabas, con quien te ibas a juntar y un sin fin de cosas más. El nivel académico subía como la espuma y los suspensos también, para que engañarnos, éramos principiantes con las ideas por los suelos. Empezamos a conocer profesores nuevos y también gente nueva, que más tarde acabarían siendo de nuestros amigos, dejando atrás la gran rivalidad que hubo siempre entre A y B. Empezó el verdadero trabajo, nos tocó hacer la famosísima semana de proyectos la cual nos parecía algo nuevo, pero también hubo grandes excursiones, que a día de hoy recordamos como por ejemplo Matallana.
Llegamos a 2º, subíamos una planta más y descubriendo asignaturas nuevas, como Cultura clásica o Física y química, sabíamos que cada vez había más nivel, pero aun así hubo mucho tiempo para las risas, con la representación de Romeo y Julieta que nos mandaba Begoña y para excursiones con Antonio García.
Comenzó 3º y aunque todo parecía ir bien fue el año que más guerra dimos, Ana Bañez, Ana Gaztelu y Julián lo saben más que nadie, pero todo esto no acabó aquí, con las mil broncas o con las veces que nos pillaba Ángela Martin mirando por la ventana, esas que nos distraen, y que tan tentadoras son para las sillas, aunque como todos sabemos Ángela, la distracción no está con la persiana sino con la persona. Ese año escolar acabó de la manera más atípica, todos encerrados desde casa haciendo clases virtuales y miles de trabajos. Las risas nos las echamos por quienes pensaban que solo eran 15 días de cuarentena.
Llega 4º y con él, el último curso de la ESO, aunque aparentemente no parecía un curso muy fácil debido a la situación de la pandemia, todos vosotros, tanto alumnos como profesores habéis hecho que no sea tan desastroso, y aunque sigamos siendo igual de pesimistas, este año nos habéis enseñado muchas cosas tanto a nivel académico como social.
Agradecemos a toda la gente que entró nueva en cualquiera de los cursos, a todos los profesores y profesoras que les han tocado aguantar a un puñado de adolescentes, todos aquí, juntos o separados, hemos tocado el límite, y hemos reído como quizás no lo hemos hecho nunca.
Todos aquí hemos madurado, nuestras responsabilidades han crecido, y comenzamos a ver un poco más allá. Han ocurrido experiencias inolvidables, y con gente inolvidable, famosas excursiones, recreos, fiestas del instituto y otras cuantas más.
Recordad siempre quien sois, por quien estáis aquí, por quién lucháis o seguís adelante y cuál queréis que sea vuestro futuro, vuestras decisiones las tomáis vosotros, cómo os afectan las cosas, lo decidís vosotros, tenéis el derecho a la libertad, a expresar lo que queráis y cuando queráis.
Ser como tú eres está más que bien,
Pero ser libres y sobre todo felices, está mucho mejor.