El día empezó con un viaje en autobús lleno de expectativas y buen ambiente. Desde primera hora, las risas, la música y las conversaciones animadas marcaron el trayecto hasta Grajera, Segovia. El viaje, de aproximadamente una hora y media, sirvió como una primera toma de contacto entre los participantes, creando un clima de camaradería que se mantuvo durante toda la jornada.




















A medida que nos acercábamos al destino, la emoción iba en aumento, anticipando un día repleto de actividades al aire libre y experiencias inolvidables.
Comenzamos con una actividad refrescante y en pleno contacto con la naturaleza: una actividad en piraguas por el embalse de Linares, organizado por Grajera Aventura. Navegamos en aguas tranquilas rodeados de un entorno natural espectacular, disfrutando del silencio, el aire puro y el sol reflejado en el agua. Algunos optaron por piraguas individuales, mientras que otros compartieron la experiencia en dobles o triples, lo que añadió un componente de coordinación y risas al recorrido. Durante la actividad, no faltaron los chapuzones espontáneos, las carreras improvisadas y las fotos que capturaban momentos únicos.






























Después de reponer energías, llegó la parte más divertida del día: la actividad de Humor Amarillo. Inspirada en el famoso programa japonés, esta experiencia está pensada para reír, competir y colaborar en grupo. Superamos pruebas alocadas, como carreras de sacos gigantes, combates en hinchables, obstáculos resbaladizos y retos de equilibrio, todo bajo la supervisión de monitores expertos que garantizaron tanto la seguridad como la diversión. Fue imposible no soltar carcajadas y animar a nuestros compañeros mientras nos empapábamos (literalmente) de adrenalina y buen humor.


































En resumen, fue una jornada redonda donde combinamos naturaleza, deporte y carcajadas en un entorno seguro y profesional. Sin duda, una experiencia que muchos ya estamos deseando repetir.